jueves, 25 de febrero de 2010

En búsqueda de nuestra cueva


Cualquier individuo tiene la oportunidad de ser alguien en alguna parte, por lo general si eres cabeza de familia, la sociedad te da de entrada el titulo y la posición, claro con su respectiva responsabilidad, de dominar ese entorno. Habeos muchos mandiles que creemos que mandamos en la casa, pero nos sentimos bien al momento que nos dan por nuestro lado ………. Metafóricamente hablando, cochinos!



La influencia de un individuo depende de que tan grande es tu entorno de influencia, u tener un chingo de hijos, sale muy caro y si somos unos “Perfectos Desconocidos” eso es un problema, por lo general el dinero no es nuestro problema, porque no lo tenemos. El trabajo es otro entorno donde podemos dominar, nuestras amistades, asociaciones, etc. Es por eso que la gente dedicada a los medios de comunicación, políticos, deportistas, artistas, algunos intelectuales, influyen en nuestras vidas o los que realizaron alguna hazaña fuera de lo común y es del interés de muchos.


Bueno, los mortales como nosotros buscamos, un lugar donde estamos cómodos y somos “influyentes” y podemos hacer lo que nos gusta, ser nosotros mismos y con las mejores atenciones hacia nosotros. Siempre es muy cómodo ser el “Juan Camaney” de alguien o de algún lugar. En ese aspecto radica el éxito de algunos bares y antros, si también Table Dance, para lo cual solo basta ir frecuentemente, saber los nombre de quien trabaja ahí, y dejar buenas propinas……….. Si, cabrones, cuesta y entre mejor quieres que te traten mas lana es la que dejas, me vale madre lo que digas, aun y cuando seas amigo del dueño, les caes mal si no generas ingresos.


Todo hombre, busca su “cueva” donde eres el chingón, donde hay hora feliz y te tratan como rey, está en nuestra naturaleza, si nos llegan al hipotálamo, los seguimos como perritos falderos, que fácil no?


Ha, pero si ya eres alguien (y tu lana te ha costado), y te quieren ver la cara de pendejo (y tu físico no te ayuda), te encabronas peor que con tu vieja, ¡Claro! Eras “Don Chingón” y te tratan como hijo de vecino, ¡No Mamen!, ¡Están Pendejos o Que!, ¡No regreso a este pinche antro de tercera, van a quebrar al perderme como cliente! ¡Se les va a echar a perder el tequila! ¡Chingo a mi madre si regreso! …………………………… Putos! ……. Hijos de su Pu ……sisima ….…. dre!


Penosamente te informo que no eras el único “Don Chingón” y les preocupa algo tu partida, pero igual duermen, NO PASA NADA, Ya llegará otro pendejo buscando ser el “Juan Camaney”.


Uta!.., ¿Que hacemos ahora?……………………… ¡Nos ponemos nuestro traje de “Antropologo”!, -. ¿Cómo Indiana Jones? – No, wey, báñate y arréglate, antropólogo de “Antros”…. Y te pones a explorar en busca de tu nueva “cueva”. Y al primer ligar que llegamos… les platicamos como nos trataron con la punta del pie sin merecerlo y que andamos buscando ……. Algo de cariño…. Claro por lo general se lo dices a una Hostes, no le platicas eso al mesero o al dueño del nuevo antro, OK?


Hasta el aire del nuevo antro, que posiblemente sea tu nueva cueva, te parece mejor. Aquí si hay cacahuates…… No escuchas la música de “Regatón” en el fondo y te preguntas.. ¿Por qué chingados íbamos al otro antro? Por costumbre, porque te conocían y te sentías con derecho de reclamar, porque algunos te atendían bien….


De todo esto podemos aprender que si el servicio no es bueno, debemos exigirlo amablemente y con respeto. Todo lo que buscamos en un lugar agradable donde relajarnos y disfrutar de la compañía de los amigos……………….. Precios razonables


En fin, si vives en Monterrey, no te pares en el Leñador, chiga, ¡Como quiera me desquite!


Hasta la próxima


JoanKarlos

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